jueves, 29 de abril de 2010

Inútil, inútil, inútil.




Como un eco que se repite en lo más profundo de mi mente. Como una ola que trae de vuelta mensajes embotellados, recuerdos podridos y frases revueltas. Como un despertar sin sol, como una vida sin ilusión. Muñeca deshecha, destino roto. Alguien piensa que nací para brillar algún día, que tenía ojos centelleantes de ilusión, que tenía una sonrisa que podía cambiar el mundo. Alguien piensa, alguien pensaba, alguien creía. No, yo ya no tengo estrella, ni sol, ni luz ninguna. Ya ni me ilumina su mirada, ni me ilumina mi sonrisa. Ya no quedan esperanzas de una vida mejor porque esto no es vida. Miro atrás y sólo veo fallos, fracaso tras fracaso una y otra vez, el presente está vacío y mirando hacia el futuro nada tengo, nada de lo que un día soñé.
Vivir por inercia, por respirar, caminar sin ganas, hablar sin ganas, reír sin ganas, besar sin ganas. Soledad, miedo, indiferencia, impotencia, soledad de nuevo, porque ella todo lo ciega. Nada bueno, ya no queda nada bueno.

Pero tú permanece dorado, no sigas mi débil estela, no desheches tus sueños, no pierdas tus metas, no tuerzas tu camino o al menos, que yo no lo vea. Es muy fácil mirar a otro lado, ¿verdad?


Necesito droga.

1 comentario:

  1. ¿Sabes una cosa? Los malditos sí cambiaremos el mundo, aunque no a golpe de sonrisas.

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