domingo, 22 de noviembre de 2009

¿Bendita? Soledad...

Hoy necesito vuestra presencia. Vuestro invisible apoyo, vuestra ausencia mata, me aprisiona el alma y no, ya no sé ser yo si no estáis aquí...
Necesito de vuestras palabras, de vuestro cariño, de vuestro apoyo inconsciente, de vuestra luz, de vuestra dulzura, de vuestro manto de alegría.
Necesito que paliéis toda mi amargura, que me hagáis ser feliz como siempre, que logréis que llore cuando lo necesito o que ría cuando todo lo que ansiaba era morir de pena.
Que siempre habéis sido mi punto de apoyo, lo único por lo que podía continuar, y ahora que no estáis junto a mí ya no siento nada.

Y necesito tanto un jodido abrazo que creo morir...

2 comentarios:

  1. Los abrazos a veces no están ahí cuando los necesitamos, y sí cuando apenas los notamos.

    Pero, si nadie te abraza, entonces abrázate tú con tus propios brazos, y finge que eres otra persona. Funciona, por un rato.

    Y si no, un abrazo.

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